Michael Mayo

Michael Mayo – Fly

Cuando confías en tu intuición, te entregas a tus inclinaciones más naturales. Al hacerlo, no tienes más opción que ser honesto. Michael Mayo se apoya en su intuición como vocalista, compositor y arreglista. Como si moldeara una escultura de arcilla, estira su voz a través de armonías celestiales, beatboxing enérgico y un canto emotivo. Este fenómeno radicado en Los Ángeles crea desde el corazón, sin filtros ni pretensiones, permitiendo que su voz transmita emoción pura sobre una base en constante evolución de jazz, neo-soul y R&B en su segundo álbum *Fly* (Mack Avenue Records/Artistry Music).

“Como improvisadores, a veces hablamos de dejar espacio y seguir tu segundo o tercer instinto”, comenta. “Últimamente, me he retado a seguir el primero. *Fly* ha sido un experimento divertido en ese sentido. No me apresuré, pero traté todo con inmediatez, lo cual va contra mi naturaleza de sobrepensar. Para mí, este álbum se siente como un ‘vamos allá’”.

Criado en Los Ángeles, la música lo rodeó desde pequeño. Su madre fue corista de Beyoncé, Diana Ross, Luther Vandross y Whitney Houston. Su padre cantaba y tocaba el saxofón con Earth, Wind & Fire. Recuerda estar entre bastidores viendo a sus padres actuar. “El primer trabajo que supe que alguien podía tener fue el de músico profesional. Eso me marcó profundamente”.

Estudió en el New England Conservatory y en el Instituto Thelonious Monk (ahora Hancock Institute). En 2018 lanzó el sencillo “No More” con Amber Navran. Su debut *Bones* (2021) recibió elogios de la crítica y millones de reproducciones. Ha girado por el mundo y colaborado con Herbie Hancock, además de recibir el premio German Jazz Pride.

En 2023 regresó a Los Ángeles y escribió la mayor parte de *Fly* en casa. Grabó el álbum en dos días en Brooklyn con Shai Maestro (piano), Linda May Han Oh (bajo) y Nate Smith (batería). El sencillo “Four” reinterpreta una melodía de Miles Davis con un ritmo sorprendente. También versiona “Just Friends” con un arreglo íntimo y flotante. El tema principal “Fly” transmite ligereza y libertad. En “Frenzy” toca la guitarra por primera vez, evocando paisajes naturales. “I Didn’t Know What Time It Was” es una pieza a cappella que captura el momento en que el amor impacta. El álbum cierra con una energética versión de “Speak No Evil” de Wayne Shorter, como homenaje a su legado.

Michael confió en su instinto y entregó una obra definitiva. “Estoy emocionado por lo que viene. Tengo más claro quién soy, cómo me siento y qué quiero decir. Solo quiero hacer música con gente genial, viajar por el mundo y llevar un poco de luz en el camino”.